jueves, 7 de agosto de 2008

Split


Casi todos los viajes tienen un momento especial. Algunos mas de uno pero siempre hay uno que resume el viaje. No porque sea el mas representativo sino porque es el mejor de todos. Para que este momento se produzca has de estar viajando lo suficiente para olvidarte de ti mismo. Durante un segundo solo estás centrado en el presente. En ese momento te vienen a la cabeza todos los momentos de tu vida en que te has sentido así de bien. Es algo así como el olor de las madalenas de Proust, que nos hace recordar cosas de golpe.
Esto fue lo que pasó en un concierto que dió una chica que cantaba como una mezcla entre Nora Jones y Eva Cassidy. La música era buenisima, el lugar inmejorable, la columnata del templo de Jupiter dentro del palacio de Diocleciano. La pena fue no saber quien cantaba porque me hubiera comprado el disco.
Si a alguien le interesa oir la canción un poco mejor aqui la tiene.
Por cierto, esta canción esta dedicada a la chica de los bombones.