Para llegar a la antigua Yugoslavia cogimos un ferry desde Barcelona que nos dejó en Génova. Más no podíamos acercarnos así que aprovechamos para ver algunas ciudades de Italia que teníamos pendientes mientras ibamos de ruta. En el viaje de ida vimos Piacenza, Cremona, Verona y Vicenza.
Todas las ciudades italianas por pequeñas que sean tienen algo que ver. Aquí en la foto aparece Unai delante de la catedral de Cremona. Esta ciudad es famosa por los violines Stradivarius. Verona ya la había visto el año pasado y me vinieron a la cabeza buenos recuerdos pero la que de verdad me gustó fue Vicenza ya que pudimos ver un montón de edificios de Palladio, que es el arquitecto clásico por excelencia. El viaje por Italia no estaba mal pero nosotros ya teníamos la atención puesta en Eslovenia.
